👟Atarnos los cordones, algo que hoy para muchos/as de nosotrxs es una tarea cotidiana y que no despierta ninguna sorpresa, pero que fue cuando pequeños una proeza, uno de nuestrxs primeros logros, de esos que dejan recuerdos.
🗣Podemos ponernos teóricos y hablar sobre motricidad fina, sobre crecimiento, sobre etapas del desarrollo, sobre destrezas y edades, pero dejando de lado estas explicaciones por un ratito, como adultxs, como madres, como padres, estos pequeños pasos de nuestrxs niños y niñas, nos movilizan… nos dejan boquiabiertos frente a la magnífica aventura del ver crecer a nuestrxs hijos/as.
✨️🧡Esos cordones son un universo, son logros inmensos que marcan cambios tan fuertes que llegan a emocionar. Implica también como adultxs, el cultivar la espera, la paciencia, la mirada atenta sin intervenir, solo cuando ellos o ellas nos lo pidan. Implican acompañarles desde la alegría paciente, desde la atención y la mirada a las individualidades de nuestrxs hijos o hijas, implica respirar profundo y entender que tienen sus momentos y etapas y que cada cordón de zapatilla es diferente para cada niño o niña que lograrán conquistar ese universo a su tiempo, sin prisa, a veces sin pausa y otras con laaargas esperas pero que tarde o temprano lograrán conquistar ese moño que a más de un papá o mamá, abuelo, abuela, tío o tía, emocionará. Porque la magia está en esos detalles cotidianos, y el universo se esconde a la vuelta de un cordón de zapatilla y una manito pequeña armando un moño.
